Pero miré de nuevo al frente, al horizonte agreste que me aguarda , a los caminos fríos y empinados, a los pasos tan duros y montañas. Allí tenía ahora mi destino, allí la luz, quizás, y el sueño aguardan, allí es posible que las flores crezcan y quizás mis manos construirán su casa.
Vine sin rumbo y norte, sin brújula alguna guiara, vine hacia ti tierra de sueños, quizás en tiempo de bonanza. Pero llegué con fé en este destino, tratando de olvidar cosas pasadas, tratando de sentir brotar la vida, y ver alzarse al trigo en lontananza.
Quizás rompí atrás mi vida, Quizás deje allí mis lágrimas , quizás la empinada cuesta, quedó mi alma destrozada.
preciosas palabras.
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